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LA PERIMENOPAUSIA

Y la importancia de esta etapa para afrontar la menopausia

Se podría decir, que no hay una sola especialidad médica a la que pertenezca el tratamiento de las mujeres menopáusicas y perimenopáusicas ya que los síntomas afectan a muchos sistemas y partes del cuerpo diferentes por lo que se deberá abordar de manera conjunta según la sintomatología referida por la mujer. 

Es muy importante saber que los síntomas no comienzan con la menopausia, término que se utiliza para definir el final de la vida reproductiva de la mujer, que se alcanza oficialmente tras más de 12 meses sin sangrado menstrual, sino durante la transición hacia ella o lo que se conoce médicamente como perimenopausia.

El promedio de edad es alrededor de los 47 años y suele culminar a los 51, pero puede empezar mucho antes. 

A muchas mujeres les resulta una verdadera sorpresa descubrir que todas estas afecciones pueden empezar a manifestarse muchos años antes de dejar de menstruar.

Los síntomas pueden aparecer durante el periodo de transición y perdurar años después de la menopausia. Entre los más frecuentes están:

  • Reglas irregulares: la menstruación puede espaciarse o ser más frecuente, con mayor o menor sangrado, hasta que finalmente desaparece 
  • Sofocos y sudoraciones nocturnas. Sensación de calor repentino e intenso que afecta principalmente a la cara y a la cabeza y que se extiende al resto del cuerpo prolongándose durante unos minutos hasta que desaparece tan rápidamente como vino.
  • Atrofia genitourinaria: problema que sufren el 80% de las mujeres y que causa sequedad en la vagina y puede provocar dolor e irritación durante el coito, así como un incremento de las infecciones urinarias
  • Disminución de la fertilidad
  • Pérdida de densidad ósea y aumento de peso. El cuerpo pierde masa ósea con más rapidez de la que la recupera incrementándose así el riesgo de osteoporosis. Por otra parte, hay un aumento de peso sin que haya aumento de la ingesta o disminución del ejercicio físico. Y a su vez hay un cambio en la distribución del tejido adiposo, acumulándose en la zona central
  • También pueden darse, incremento en la caída del cabello, fragilidad en las uñas, dolores de cabeza y musculares, palpitaciones y calambres
premenopausia 1

Todos estos cambios son el resultado de variaciones hormonales, sobre todo de la disminución de los estrógenos, hormona crucial en el ciclo reproductivo de la mujer y cuyos niveles no se recuperan después de la menopausia. Los niveles suben y bajan de forma inestable y son estas fluctuaciones las que dan lugar a los síntomas que mencionamos. Algunos de los síntomas están asociados a los excesos de esta hormona y otros responden a su deficiencia. Muchas mujeres sufren más durante la etapa de transición que en la postmenopausia ya que a partir de ese momento los niveles hormonales tienden a estabilizarse.

Y aunque con la estabilidad hormonal los síntomas tienden a mejorar, no siempre y no en todos los casos, son muy pocas las mujeres que atraviesan esta etapa de su vida sin consecuencias, sin seguir ningún tratamiento

Los expertos coinciden en que la Terapia de Remplazo Hormonal (TRH) es, en la gran mayoría de los casos, y bajo supervisión médica, el mejor tratamiento a seguir. Cuanto antes se empiece, mayores serán los beneficios que brinde. En los casos en que esté indicada no todas las mujeres querrán someterse a una Terapia de Remplazo Hormonal, pero al menos todas ellas deben ser informadas de la sintomatología vinculada a la menopausia. No hay beneficios probados de esta terapia si no hay síntomas. 

La volatilidad hormonal no solo da lugar a cambios y síntomas físicos, sino que tiene un efecto en el estado de ánimo y en el cerebro de la mujer que atraviesa esta etapa. Son mujeres con cierta vulnerabilidad a la depresión. La irritabilidad, la ansiedad, la falta de deseo sexual, la pérdida de memoria y la llamada niebla mental (una mezcla de confusión y disminución en las habilidades verbales y cognitivas) son otros de los rasgos característicos. 

La variación individual es inmensa. No podemos decirle a la mujer que esto es un fenómeno natural y que luego se pasa. Si los síntomas afectan la calidad de vida, hay que tratarlos.

Más allá de la Terapia de Remplazo Hormonal y no menos importante, hay muchas otras cosas que una mujer puede hacer para mejorar el estado general en la fase de perimenopausia. Entre otras, el ejercicio físico, el yoga y la meditación así como la terapia cognitivo conductual, en definitiva podemos afirmar que cambios en el estilo de vida también pueden ser de gran ayuda.

La etapa previa a la menopausia

Durante mucho tiempo ha existido un bagaje cultural negativo en todo lo referente a la menopausia y a la etapa de transición que la precede.

Ante lo complejo del tema, las mujeres inmersas en esta etapa de transición podrían plantearse la siguiente pregunta: ¿debería tirar la toalla y aceptar como normal lo que me está ocurriendo?

La respuesta es un no rotundo, debes buscar ayuda y encontrar un médico informado que no le reste importancia a lo que te está sucediendo ya que, aunque la perimenopausia se presenta con muchos síntomas distintos, hay tratamientos disponibles.  

Y, si encontrar un médico calificado y empático a veces es un reto, cambiar el discurso cultural es igual de importante.

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