CURA POST VACACIONAL
Salvo que hayamos dedicado nuestras vacaciones estivales a mimarnos, lo habitual es que nuestra piel precise un reseteo tras la exposición prolongada al sol, el salitre, el cloro y la general pérdida de humedad ambiental. Y, como todo empieza en el interior, también cierta “relajación” en nuestros hábitos de vida (habernos alimentado peor o en exceso, consumido más alcohol y alterado nuestros horarios de sueño…), tiene un impacto de forma de deshidratación dérmica. Resultado: piel tirante, apagada e hiperpigmentada, como mínimo.
Por suerte, todo tiene remedio. El éxito residirá en atender todos los frentes para conseguir resultados 360º.
Culto a la Belleza Desde Dentro
La piel no solo nos protege del exterior, también actúa como indicador de lo que sucede en nuestro interior enviándonos señales inequívocas cuando se produce un desequilibrio, desde sobrecarga hepática a estrés oxidativo. Siendo nuestro mayor órgano detoxificador agradece, además de una alimentación natural e hidratación generosa, períodos de semiayuno con licuados de verdura, fruta y complementos vitamínicos y minerales. Es conveniente evitar alcohol y lácteos; también el gluten si se tolera mal y, muy en particular, si se padece una enfermedad autoinmune.
En busca de la luz: Antioxidantes y Ácido Hialurónico
Vitamina C
Es el potenciador del sistema inmune por excelencia. Nos solemos acordar de ella solo en época de catarros, pero deberíamos asegurarnos de asimilar la cantidad suficiente durante todo el año a través de la dieta y la suplementación oral.
En productos cosméticos, la vitamina C tiene un efecto antioxidante y promueve la capacidad cutánea de neutralizar el daño provocado por los radicales libres -producto de la polución, el tabaco y la radiación UV- responsables de la rotura de la fibras de colágeno que desemboca en arrugas y flaccidez. Su efecto epidérmico más evidente es iluminador y despigmentante, ayudando a borrar las manchas oscuras producidas por el sol y las rojizas del acné. Reduce la inflamación y aumenta la renovación celular, proporcionando luminosidad a la piel apagada.
Al contrario de lo que se piensa, los productos con vitamina C no son fotosensibilizantes si están bien formulados. Para contrarrestar su volatilidad, la cosmética molecular asegura su estabilidad en combinación con otros potentes antioxidantes como el alfa-tocoferol o Vitamina E y el Ácido Ferúlico, multiplicando su acción.
De hecho, su aplicación matinal previa al protector solar proporciona un escudo extra contra la radiación UVA al regular la producción de melanina.
Ácido Hialurónico (HA)
Nuestro organismo produce este polisacárido de forma natural. Forma parte de la matriz extracelular y líquido sinovial, participa en la movilización celular para la cicatrización de zonas dañadas, actúa de lubricante articular e hidratante tisular; y posee propiedades bactericidas y anti-inflamatorias.
Aunque su descubrimiento data de 1934, su uso en cosmética se popularizó a principios de este siglo cuando se relacionó la longevidad del pueblo nipón de Yuzurihara, declarado entonces por la OMS el más longevo del mundo -en ratio de población por encima de los 85 años que presentaba características como articulaciones flexibles, cabello abundante, piel tersa y sin arrugas y agudeza visual, todo muy por encima de la media-, a una dieta rica en verduras, soja y tofu que favorece la producción de HA. Dicha producción lamentablemente desciende hasta casi el 50% de nuestras necesidades a partir de los 40 años. Su suplementación tiene beneficios demostrados en medicina estética, traumatológica y del deporte.
En su uso cosmético, que es el que nos compete, el HA, es una molécula de gran tamaño que se caracteriza por su alto poder higroscópico, es decir, es capaz de retener hasta 1000 veces su peso en agua. Para resultar efectivo en cosmética, atender a su peso molecular se hace esencial.
La cosmética molecular se basa en la investigación de los procesos biológicos responsables del envejecimiento para imitar sus mecanismos. La vehiculización más eficiente del ácido hialurónico consiste en formular el menor peso molecular que consiga penetrar en las capas más profundas de la epidermis, retener agua en la matriz intercelular del tejido conectivo y, con ello, contribuir a mantener la elasticidad de la piel. Solo así se pueden esperar resultados visibles y duraderos, logrando aumentar el volumen y grosor cutáneos y reducir las líneas de expresión.
Cura Detox: exfoliación y drenaje linfático
En cabina, se recomienda empezar por una exfoliación profesional que elimine la acumulación de células muertas, impurezas y bacterias. La exfoliación optimiza a la regeneración celular, aporta luz y frescura al bronceado y mejora la absorción de los principios activos que se aplicarán más tarde.
Además de aparatología específica, por supuesto adaptada a tu piel y sus necesidades, la terapia manual es insustituible. En concreto, el masaje de drenaje linfático es un pilar de la terapia Detox facial y corporal, ya que contribuye a la depuración de toxinas a través de la linfa. Suave y ligero, moviliza los líquidos del organismo, incide sobre la inflamación, es relajante y mejora nuestra respuesta inmunitaria.
Pocas cosas más terapéuticas que hallarse en manos de profesionales con la mejor formación, dilatada experiencia y pasión por su trabajo. Ponte en las nuestras.
En Beldon Beauty prestamos especial importancia al diagnóstico y el asesoramiento realizado con honestidad. Nuestra filosofía es que el protocolo lo marca cada persona y que no todo es apto para todos. Consúltanos, disponemos de un servicio de Asesoramiento Online A Medida en: https://www.beldonbeauty.com/asesoramiento-online-a-medida/
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