CLAVES PARA SABER QUÉ TIPO DE PIEL TIENES
Conocer con exactitud el tipo de piel es obligatorio a la hora de elegir los tratamientos, texturas y activos cosméticos más adecuados. Y no es tan sencillo. Por eso hoy te damos las claves para saber qué tipo de piel tienes. No son pocas las mujeres que utilizan tratamientos incompatibles con su tipo de piel o la clasifican erróneamente como grasa o seca sin pensar que quizá sea normal o mixta.
Además, hay que tener en cuenta que el tipo de piel cambia a lo largo del tiempo o antes determinadas circunstancias. Para salir de dudas, lo mejor es acudir a un centro de belleza que cuente con las herramientas necesarias para hacer un preciso diagnóstico y así poder darte las claves para saber qué tipo de piel tienes. En Beldon Beauty contamos con ellas, y además, disponemos del diagnóstico gratuito online para descubrir el tipo de piel y los tratamientos que mejor se adaptan a los cuatro tipos de piel que hay en líneas generales.
¿CÓMO SABER QUÉ TIPO DE PIEL TENGO?
Atenta a estos signos. Lee con atención y descubre en que grupo encajas mejor. Quizá lleves toda la vida equivocada.
PIEL SECA
- Las sensaciones no engañan. Después de lavarla o humedecerla, si no extiendes de inmediato una crema hidratante, la sensación de tirantez es casi insoportable. No entiendes cómo hay personas capaces de salir a la calle ‘sin crema’ y notas cómo la piel absorbe de inmediato cualquier activo que le regales.
- En verano, independientemente de que te broncees o no, y del tono de base que tengas, sueles pelarte más de una vez, y eres de las pocas que aplican el fotoprotector con la frecuencia recomendada, aunque solo sea por la tirantez que notas en la piel. Lógico, la falta de humedad es su característica principal.
- Tus productos de maquillaje favoritos son los iluminadores. Y con razón, las pieles secas son las más apagadas y suelen mostrar un tono cetrino y opaco.
- ¿Te echan más años de los que tienes? La piel seca es la que antes envejece y en ocasiones se ve surcada por las llamadas arrugas por sequedad. Seguro que también fuiste la primera de tus amigas en empezar a usar un contorno de ojos.
- Si sufre especialmente con los cambios climáticos, es otra señal inequívoca de que es seca.
- Te encantan los exfoliantes y hacerte peelings, porque es la única forma de que deje de ser rugosa al tacto y quede suave.
- Tienes tendencia a las manchas.
Cuidados para la piel seca
- Limpia el rostro mañana y noche con desmaquillantes en leche o crema. Retíralos suavemente con un disco de algodón y después aclara con agua.
- Añade previamente un sérum de ácido hialurónico a la crema de tratamiento habitual. Y recuerda elegirla de acción nutritiva para reponer los lípidos que la piel pierde.
- No exfolies la piel más de una vez por semana.
- De las mascarillas hidratantes y nutritivas sí puedes abusar cuanto quieras.
- No te olvides de utilizar una crema específica para el contorno de los ojos y los labios y no salgas de casa sin protección solar.
PIEL GRASA
- Brillas, y no en el buen sentido. El exceso de producción de sebo hace que abuses de los polvos matificantes, las lociones y los tónicos.
- Huyes de las texturas ricas y oleosas porque piensas que van a incrementar la grasa.
- El acné te traumatizó en la adolescencia y todavía aparece algún granito inoportuno antes de la menstruación, en periodos de estrés o a consecuencia de una alimentación inadecuada.
- Te pasas el día a la caza de puntos negros y no sales de casa sin el stick corrector de imperfecciones.
- Tardas más que la media en maquillarte.
- A pesar de los brillos, el tono de la piel es cetrino, ya que los poros dilatados no permiten que la luz se refleje de forma homogénea.
- Se ensucia más de la cuenta y a veces te pide una sesión de limpieza más de dos veces al día. Lógico, los poros dilatados son un imán para la contaminación y la suciedad.
- Es más gruesa, y eso juega a tu favor. Es la que más tarda en mostrar los signos del envejecimiento y probablemente te echen menos edad de la que tienes.
Cuidados para la piel grasa
- La limpieza es clave. Recurre a fórmulas antibacterianas y a líneas específicas para regular el sebo y no te olvides de terminar con un tónico.
- Matificar está muy bien, pero siempre que no descuides la hidratación. ¿Sabías que la deshidratación es muy habitual en las pieles grasas por la creencia errónea de que no la necesitan?
- Déjala respirar. Utilizar bases de maquillaje demasiado cubrientes y aplicar capas y capas de corrector no es la solución.
- Puedes utilizar exfoliantes y mascarillas purificantes hasta tres veces por semana.
PIEL MIXTA
- ¿No la entiendes? Es mixta. Tan pronto aparecen brillos en la famosa ‘zona T’ (frente, nariz y barbilla), como las mejillas se muestran rugosas y tirantes.
- El contorno de ojos y el cuello aparentan más edad que el rostro.
- Los cambios de temperatura y las agresiones externas como la polución te afectan muy directamente y puedes incluso tener rojeces en las mejillas.
- Todavía aparece algún grano de vez en cuando.
- Ante un espejo de aumento, la nariz y la barbilla se muestran con los poros visibles y dilatados.
Cuidados para la piel mixta
- La palabra ‘mixta’ ha de figurar en la etiqueta de todos los productos que utilices, sean limpiadores o tratamientos.
- A la hora de lavar la cara, evita el agua demasiado fría o caliente. Mejor que sea tibia.
- Es uso de un tónico o una loción equilibrante es incuestionable.
- Es difícil, pero has de dar con el tratamiento perfecto para ti. Y no se trata de convertir el rostro en un ‘mapa’ y extender en cada zona un tipo de producto. Es necesario conseguir una correcta hidratación al tiempo que se regule el exceso de sebo.
- Cuidado a la hora de elegir mascarillas. Al tratarse un producto tan específico, puede no convenir a todo el rostro. La solución está en los ‘stripes’ y en utilizar uno concreto para cada zona.
PIEL SENSIBLE
- Se seca o se deshidrata con facilidad. Este es un signo inconfundible de la piel sensible.
- Nunca sabes qué esperar cuando estrenas un cosmético, ya que tu piel puede experimentar fuertes reacciones ante determinados activos.
- Siempre intentas evitar los cambios bruscos de temperatura porque notas cómo pasar el frío al calor y viceversa, significan automáticamente la aparición de rojeces.
- Seguro que tienes la piel clara. Son más propensas a padecer sensibilidad y en verano tu piel sufre especialmente a consecuencia del sol.
- En periodos de estrés o nerviosismo y hasta cuando duermes mal, el problema empeora.
- La sensación habitual es la de tirantez y también pasas por periodos de picor.
Cuidados para la piel sensible
- La limpieza debe esmerarse en equilibrar y reforzar la barrera lipídica de la piel. Acude siempre a líneas especialmente formuladas para pieles sensibles con ingredientes suaves y calmantes.
- No te limites a hidratarla y busca productos que además, la refuercen, alivien el picor y reduzcan las rojeces.
- Mucho cuidado con los activos que elijas. La cosmética natural, ‘clean’ y orgánica siempre es una estupenda elección, pero puede hacer ciertos ingredientes, que causen reacción.
- Intenta que la lista de conservantes de tus productos cosméticos sea corta.
- A la hora de exfoliar la piel es mejor que te pongas en manos de profesionales.
- Las mascarillas son bienvenidas siempre que sean calmantes, fortalecedoras y alivien la irritación y la tirantez.
¿Aún no tienes del todo claro las claves para saber que tipo de piel tienes?
Estos son los cuatro grupos básicos atendiendo al tipo de piel, pero cada mujer tiene unas características cutáneas muy peculiares -y problemáticas añadidas que solo un diagnóstico experto es capaz de desvelar.
Recuerda que en Beldon somos expertos y que además contamos con nuestro asesoramiento cosmético online gratuito en diferentes formatos que se adaptan a todo tipo de usuarios: WhatsApp, Zoom, llamada telefónica o correo electrónico.
Si te animas, no olvides compartir tu experiencia y confesar -si fuera el caso- hasta que punto desconocías tu piel.
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