COSMÉTICA NATURAL VS. COSMÉTICA CONVENCIONAL
Ya anticipamos en Desmontando los Mitos de la Cosmética que los relativos a la cosmética natural vs. cosmética convencional daban para un post aparte; y aquí estamos. En Beldon abogamos por desterrar esta dicotomía que creemos innecesaria y recomendamos disfrutar de lo mejor de ambas; pero es un tema que aún genera múltiples dudas. Sigue leyendo porque vamos a intentar resolverlas todas.
- ¿Qué es la cosmética natural?
La elaborada a partir de ingredientes naturales (vegetales o minerales) o de origen natural (por ejemplo, del medio marino). Se excluyen, por tanto, derivados del petróleo, conservantes sintéticos, colorantes artificiales o perfumes químicos, entre otros.
- ¿Qué es la cosmética ecológica?
Aquella cuyos componentes son de origen ecológico, es decir, que parten de un empleo ejemplar de los recursos naturales evitando la utilización de productos químicos de síntesis u organismos genéticamente modificados (OGM), preservando la fertilidad de las tierras de cultivo, la limpieza energética, el cuidado del ecosistema y la sostenibilidad de la producción en cada una de sus etapas, incluyendo la de embalaje y reciclado final.
La cosmética ecológica se halla amparada por una normativa garante de la ‘trazabilidad’ de ambas premisas: génesis de los ingredientes y sostenibilidad.
- ¿Qué diferencia la cosmética ecológica de la biológica u orgánica?
A este efecto, los términos ecológico, orgánico y biológico (bio) son sinónimos y se pueden emplear indistintamente.
- ¿Es lo mismo cosmética natural y ecológica (orgánica/bio)?
No necesariamente. La cosmética ecológica es natural por definición, pero la natural no siempre es ecológica.
- ¿Qué es la cosmética vegana?
La cosmética en cuya composición no se emplean productos animales o sus derivados. Tampoco aditivos de origen animal, alguno de uso más frecuente de lo que se pudiera pensar, por ejemplo:
- E 120 o Cochinilla. Muchos se sorprenden al descubrir que el carmín o ‘rojo de labios’ es un colorante que se crea a partir del desecado y triturado de las hembras de un insecto llamado dactylopius coccus costa o cochinilla escarlata. Por supuesto hay otras maneras de conseguir esa coloración. Por eso, si en el packaging de tu Rouge favorito no aparece la ‘V’ de vegano, debes saber que cuenta con el polvo de este insecto entre sus componentes.
- E 913 o Lanolina. Es la sustancia que las ovejas segregan a través de sus glándulas sebáceas, de uso masivamente extendido tanto en cosmética como en la industria alimentaria.
- ¿Es lo mismo cosmética vegana que cosmética natural y/o ecológica?
La cosmética vegana tampoco tiene porqué ser natural o ecológica, si bien su coincidencia en valores y filosofía de negocio lo convierte en un binomio habitual por coherente.
Es importante reseñar que un notable porcentaje de la cosmética convencional también es vegano; y que la proporción va en aumento. Los laboratorios de investigación de vanguardia a nivel mundial hace tiempo que se decantaron por la química verde. No es una moda sino la única apuesta sensata por la salud y el planeta. Está demostrado que los componentes de origen animal son potencialmente alergénicos, amén de totalmente innecesarios. El mayor rigor científico avala casas cosméticas como Ayuna, Comfort Zone, Medik8 y su propuesta de calidad, eficacia y sensorialidad sostenibles.
- Al margen de la nomenclatura, ¿de dónde viene tanta confusión cuando hablamos de cosmética natural y ecológica?
De la carencia de una legislación específica en la Unión Europea. De hecho, ni siquiera contempla la noción “cosmética natural”, mucho menos una definición al respecto, y se engloba bajo el paraguas de cosmética general. Esto provoca una ausencia de control en el etiquetado que es la que conduce a la confusión del consumidor.
Ante este vacío regulatorio, son organismos privados los encargados de garantizar el carácter natural o ecológico de los cosméticos mediante un sello validatorio. En Europa los más conocidos son Cosmebio y Ecocert en Francia, el británico Soil Association, el alemán BDIH, el italiano ICEA y el belga Bioforum. Tras años de disparidad, todos ellos están trabajando para unificar sus criterios de exigencia y establecer por fin unos requisitos y estándares comunes en la certificación COSMOS.
- ¿Es segura la cosmética natural?
Absolutamente. Tan segura como la convencional. Porque la fabricación de todos los productos cosméticos que se comercializan en Europa está sujeta al reglamento (CE) nº 1223/2009 y se efectúa conforme a los estándares de Normas de Correcta Fabricación establecidos internacionalmente mediante la norma ISO 22716. Esto aplica también a los no fabricados en EU pero que entran en nuestro mercado.
- ¿Qué ventajas presenta la cosmética natural y ecológica?
- Muestran un INCI más trasparente, de cuyos ingredientes puedes conocer la procedencia.
- Se elaboran bajo un proceso de producción sostenible.
- Sus componentes son más afines a la piel sensible.
- Se evitan de entrada componentes agresivos o potencialmente irritantes, como parabenos, ftalatos o sulfatos.
- Se eliminan otros superfluos, como las siliconas.
- Huyen del uso de sustancias químicas perjudiciales para el medio ambiente.
- Apoyan fuentes de energía renovables y embalajes reciclados y reciclables.
- Recuperan conocimientos botánicos ancestrales.
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- ¿Los ingredientes naturales son inocuos?
No todos. Los activos naturales, que aportan innumerables beneficios a nuestra piel, deben ser formulados correctamente para asegurar una vehiculización segura. Por ejemplo, los aceites esenciales son una maravilla de la naturaleza, pero su uso “puro”, sin rebajar o formular adecuadamente, puede derivar en irritaciones muy serias y fotosensibilidad.
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- ¿Todos los productos químicos son perjudiciales?
De lo que deberíamos hablar realmente es de principios activos. Todo es química. Cualquier producto cosmético, incluso los naturales y ecológicos, se formulan en un laboratorio con todas las garantías de seguridad. El “libre de químicos” es un imposible, un absurdo y un engaño. La quimiofobia no tiene sentido.
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- ¿Cuál es más eficaz, la cosmética natural o la convencional?
Solo un factor determina la eficacia de un producto, sea cual sea: su idoneidad para cubrir las necesidades específicas de cada piel. En Beldon creemos que tan importante es lo que pones sobre tu piel como aquello con lo que te nutres por dentro. De ahí la relevancia de disponer de un diagnóstico profesional personalizado y honesto que posibilite la elección informada, responsable y segura de un tratamiento o producto cosmético.
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- ¿Existen marcas de confianza que sean sostenibles y/o naturales y ecológicas?
Por supuesto. Ya hemos mencionado que es precisamente la punta de lanza de la investigación científica la que está trabajando por un futuro en que la industria cosmética será sostenible o no será. Ponemos como ejemplo alguna de nuestras favoritas:
La británica Medik8, a la vanguardia tecnológica y referencia para dermatólogos, médicos y especialistas profesionales en cuidado de la piel, se ha marcado como objetivo ser: «la marca de cuidado de la piel dirigida por profesionales más sostenible del mundo”. Y tienen visos de lograrlo:
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- Han incorporado plástico reciclado post-consumo (PCR) en sus botellas profesionales.
- Utilizan vidrio reciclado en un 40%.
- No usan aceite de palma puro en ninguno de los productos.
- No emplean parabenos, ftalatos o sulfatos.
- Todas sus fórmulas son 100% veganas.
- No contratan proveedores que realicen pruebas en animales.
- Sus exfoliantes son naturales 100% libres de microperlas.
- En 2018 retiraron todos los insertos de plástico de sus cajas de cartón -que proviene de bosques bien gestionados o fuentes recicladas-, ahorrando 3 toneladas de plástico cada año.
- Promueven la eficiencia energética usando procesos en frío durante la fabricación siempre que sea posible; y sus edificios se ejecutan mediante fuentes de energía 100% renovables.
Por su parte, la casa alemana líder mundial en cosmética molecular, Dr. Barbara Sturm, rehúsa distribuir y comercializar sus productos en China, país en que el testado cosmético en animales es obligatorio. Teniendo en cuenta el ingente mercado potencial al que renuncia, es evidente que se trata de una declaración de principios más que de un simple gesto.
La industria cosmética está viviendo una transformación acelerada que tiene como base una evolución de sus valores para enfocarse en la salud, el respeto, la responsabilidad y la sostenibilidad. De esta adaptación depende su supervivencia.
¿Se nos ha quedado alguna pregunta en el tintero? Háznosla en comentarios. Y cuéntanos cuáles son tus preferencias sobre este tema. ¡Ya sabes que nos encanta conocer tu opinión!
