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DESMONTANDO LOS MITOS DE LA COSMÉTICA

25/09/2020| Marta Cámara

Mitos. Algunos parten de la exageración de un supuesto más o menos verídico; otros -los más populares- sobreviven generaciones; muchos se alimentan de la confusión que provoca un exceso de información desordenada y poco fidedigna sobre nuevos principios activos y avances tecnológicos; y la mayoría son meros productos de marketing. Desmontando los mitos de la cosmética es un post dedicado a arrojar algo de luz sobre todos ellos.

Mito 1: “Nuestra edad determina el tipo de cosmético que debemos usar

La división por edades es arbitraria y obedece al marketing, no a la realidad. El estado de la piel depende de en un 25% de nuestro genoma y en un 75% de nuestro exposoma. Es decir, de nuestra exposición al sol, de nuestros hábitos (alimentación, tabaco, alcohol), de nuestra localización geográfica, de la calidad de nuestro descanso y de cómo gestionamos el estrés. Todos estos factores causales son los que determinarán los procesos moleculares del envejecimiento celular; y no la cifra de nuestro próximo cumpleaños.

Cuidados en la alimentación

Mito 2: “Las manchas oscuras son producto inevitable de los años

Las manchas oscuras en la piel -léntigos solares o hiperpigmentación cutánea- tienen origen en una exposición continuada a los rayos solares sin la debida fotoprotección. Por eso aparecen primero en las manos, rostro, brazos y escote. Y, por la misma razón, su incidencia es anecdótica en aquellas culturas cuyo canon de belleza es la palidez extrema, porque sistemáticamente se huye del sol.

El uso diario de la cosmética solar adecuada para tu tipo de piel en combinación con antioxidantes, es una apuesta preventiva de éxito.

Una vez aparecen, se pueden tratar con despigmentantes como la Vitamina C, la Arbutina o la Niacinamida, por citar algunos entre los verdaderamente efectivos sin ser los más agresivos; además de con láser.

Productos con ingredientes activos

Mito 3: “Cuanto más alto el índice de protección solar (SPF), mejor

Un factor de protección solar 25 (SPF 25) protege contra el 92% de la UVB, el factor 30 (SPF 30+), contra más del 97,5% y se considera el mínimo recomendable. Una protección de 50+ (SPF 50+ o “pantalla total”, término erróneo en sí mismo porque la protección total, simplemente, no existe) solo nos proporcionará entre un 1% y un 2% más de cobertura. Esto implica que un factor SPF 50+ no es necesariamente lo mejor, en especial si se usan filtros químicos en una piel sensible que puede derivar en dermatitis y rosácea. Por regla general, y salvo ocasiones puntuales (días en la nieve, travesías en barco, exposición prolongada…), es preferible y se aconseja un factor SPF 30+ reaplicado con asiduidad.

Mito 4: “No necesito usar protector solar si mi maquillaje ya lleva SPF

Salvo que estemos hablando de un protector solar SPF 30+/50+ con color, o de una BB Cream con protección SPF 30+, las bases de maquillaje convencionales aportan un SPF insuficiente o nulo. Recordemos, además, que los fotoprotectores requieren reaplicación frecuente, algo que no es factible con un maquillaje. Por suerte, existe cosmética solar en formatos de barra, compacto o brocha que son muy cómodos para este fin.

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  REFLETS DE SOLEIL POLVOS BRONCEADORES ESTHEDERM

Mito 5: “Si soy muy morena o ya estoy bronceada no necesito protección

El riesgo de eritema solar es menor pero existe; y los daños de los radicales libres en las células son los mismos. También hay que tener en cuenta que la radiación solar está relacionada con la incidencia de cáncer de piel. Hay que pensar en los productos de protección solar como medicina preventiva: son preceptivos para todos los fototipos cutáneos.

Mito 6: “Los labios no necesitan protección solar

Es justo al contrario. La piel de los labios es muy fina y carece de glándulas sebáceas. Al estar en constante movimiento y en contacto con la saliva, se reseca con facilidad. Tus labios agradecerán un buen bálsamo labial hidratante con SPF.

Mito 7: “La Vitamina C no se puede usar durante el día porque es fotosensibilizante

La confusión entre los términos “fotosensible” y “fotosensibilizante” es muy común.

La Vitamina C (ácido L-ascórbico) es altamente inestable y fotosensible, es decir, se inactiva con la luz solar. Pero NO es fotosensibilizante: no hace nuestra piel más vulnerable a la radiación de lo que ya es. Muy al contrario, si está bien formulada y en combinación con antioxidantes como la Vitamina E o el Ácido Ferúlico, la protege ayudando a revertir la producción de radicales libres de oxígeno. Eso sí, debe de ir siempre seguida de un cosmético solar adecuado para que el tándem anti-ageing resulte óptimo.

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CLARIFYING COLLECTION DR. BARBARA STURM

Mito 8: “El acné es cosa de pieles jóvenes y se pasa con la edad

¡Ojalá el acné fuera algo exclusivo de nuestra adolescencia y primera juventud! De ser así, la producción de la industria cosmética y el trabajo de los centros de estética se reducirían en un 65%. Tal es su prevalencia.

Lo cierto es que la gran mayoría de las pieles son grasas. Y cuando decimos “la gran mayoría” nos referimos a que un 85% de la población tiene la piel grasa. No todo el mundo sufre acné durante la pubertad. Algunos lo desarrollan en etapas más tardías porque no toda la producción sebácea tiene que ver con la actividad hormonal. Por desgracia, otros batallan con él durante gran parte de su vida adulta.

La buena noticia es que el acné y sus secuelas (cicatrices, manchas, hipersensibilidad…) tienen solución. Un diagnóstico personalizado llevado a cabo por profesionales diseñará un protocolo adaptado a tu piel y modo de vida, de manera que seguir una rutina de tratamiento te resulte sencillo y placentero. Consúltanos.

Mito 9: “Lavar con jabón y exfoliar a diario una piel acnéica es lo mejor

A veces parece necesario recordar que el objetivo de la publicidad es vender más y esta es la típica afirmación con la que los fabricantes se frotan las manos.

El abordaje de cualquier trastorno cutáneo, incluido el acné, debe partir de la prudencia y la delicadeza. El lavado con agentes irritantes y el uso diario de un exfoliante dañará la barrera cutánea, privándola del manto hidrolipídico. A esto la piel responderá produciendo más sebo para compensar. La exfoliación provocará microcortes que atraerán bacterias a los poros pudiendo dar lugar a infección. Al mismo tiempo, la piel se sensibilizará y reaccionará con irritación, rojez e inflamación.

Un enfoque agresivo es una pésima idea a corto, medio y largo plazo. Solo contribuirá a agravar el problema, provocando rebrotes y debilitando una epidermis que se irá afinando, convirtiéndose en reactiva, desarrollando dermatitis y haciéndose aún más fotosensible.

Existen productos perfectamente idóneos para la piel acnéica. Limpiadores naturales, sin detergentes ni perfumes; y exfoliantes suaves que se pueden emplear una e incluso dos veces a la semana, según el producto concreto y cada caso particular.

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SUPER ANTI-AGING HAND CREAM

Mito 10: “El maquillaje provoca acné

El acné solo tiene una causa: el exceso en la producción de sebo. El origen del mismo puede ser hormonal o no; y es lo primero que hay que valorar antes de comenzar un tratamiento. Partiendo de un diagnóstico personalizado, un maquillaje ligero indicado para una piel acnéica contribuye a su mejora y protección, además de proporcionar bienestar y confianza a su portador. Cuidar la vertiente sensorial y psicológica forma también parte del un buen tratamiento.

Cualquier cosmético usado al azar puede empeorar una condición preexistente. La clave está en dejarse aconsejar por especialistas y obtener un diagnóstico y protocolo personalizados.

Lo que sin duda no solo empeora un acné sino que puede provocar brotes inesperados, es la falta de una higiene adecuada. Una limpieza delicada pero exhaustiva mañana y noche -incluso si no hemos salido a la calle- realizada con los productos apropiados, es la base de una piel sana y el pilar fundamental que sustenta un tratamiento anti-acné efectivo. Sin higiene, no hacemos nada.

Soap de Ayuna
SOAP AYUNA

Mito 11: “Una piel grasa no necesita tanta hidratación

Mayor producción de sebo no es sinónimo de mayor hidratación. Esta tiene que ver con el índice de humedad, de agua; no con el índice de grasa. Y ya hemos visto que si la piel se siente agredida activará un mecanismo de defensa por compensación que producirá más sebo.

Existen humectantes excelentes para piel grasa. Por ejemplo, un ácido hialurónico de bajo peso molecular permitirá una hidratación en profundidad que consiga retener agua donde nos interesa: en la matriz intercelular del tejido conectivo para, con ello, contribuir a mantener la elasticidad de la piel.

La gran ventaja de la cosmética molecular es que permite la vehiculización eficaz de varios principios activos sin sobrecargar la piel, sin obstruir los poros, sin dejar residuo graso, sin efecto máscara, sin irritar y sin sensación de tirantez o incomodidad.

Hyaluronic Serum
HYALURONIC SERUM DR. BARBARA STURM

Mito 12: “Los ácidos, como la Vitamina C (ácido L-ascórbico) y la Vitamina A (retinol), no están indicados para pieles sensibles

Falso. Al menos de manera categórica.

Porque existe un matiz esencial en la forma de enunciar esta afirmación, y es este: los productos de Vitamina C y Retinol adecuados, en su proporción correcta y siguiendo un protocolo de tolerancia prudente y personalizado, sí pueden estar indicados en pieles sensibles.

Hay que pensar que la sensibilidad cutánea no constituye un tipo epidérmico. Es una alteración que se puede corregir. La Vitamina C es un eficaz antioxidante que potenciará el escudo de la fotoprotección tópica. Por su parte, la Vitamina A ayuda a reparar nuestras células mejorando su rendimiento y reforzando la función barrera. Un correcto funcionamiento celular resultará en normalización cutánea.

Así, ambos pueden estar indicados en pieles sensibilizadas o reactivas, la clave reside en ser prudentes y dejarse asesorar por profesionales que determinarán los productos y protocolos apropiados.

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DAILY RADIANCE VITAMIN C MEDIK8

Mito 13: “Se debe cambiar de cremas con frecuencia porque la piel se acostumbra y dejan de ser efectivas

Si los principios activos son los correctos para cubrir las necesidades de tu piel, seguirán funcionando a la perfección mientras estas no cambien; y no hay ninguna necesidad de sustituirlos por otros.

Otra cosa muy distinta es que tu exposoma varíe y esto repercuta en que surjan nuevas exigencias que debamos atender. La piel es un órgano vivo y dinámico y es su adaptación y respuesta al medio las que marcan la pauta cosmética, no al contrario.

Mito 14: “Se sabe que una crema es buena porque se aprecian resultados inmediatamente

Precisamente la cosmética molecular se basa en la investigación de los procesos biológicos responsables del envejecimiento para imitar sus mecanismos. Esto le permite crear compuestos biomiméticos que consiguen activar nuestros propios recursos metabólicos para estimular aquellos que se van ralentizando con la edad, consiguiendo resultados fiables y sostenibles.

Esto lleva unos tiempos que son biológicos y no se pueden forzar. Como referencia, deberemos valorar la efectividad de un cosmético una vez completado el ciclo de renovación celular que se produce cada 28 días, aproximadamente.

Por supuesto un caso muy diferente sería si un nuevo cosmético nos produjera una reacción adversa visible e inesperada (al comienzo del protocolo de tolerancia del retinol cierta irritación moderada es esperable), en cuyo caso deberíamos interrumpir su uso inmediatamente.

Mito 15: “Se deben usar todas las cremas de una misma marca

No: se deben usar los activos cosméticos que nuestra piel precise para su correcto funcionamiento. Puede coincidir que pertenezcan a una misma casa cosmética o no. La “lealtad a una marca” es una estrategia de posicionamiento y marketing que vende la noción de que los productos de una misma casa se complementan para alcanzar su máxima efectividad en un uso conjunto. Pero es mentira.

De hecho, cuando uno se pone en manos de profesionales, lo normal es que no sea así. Primero, porque un tratamiento personalizado se enfoca en las necesidades particulares de cada cutis. Y, en segundo lugar, porque son muy pocas las casas cosméticas que consiguen ser referencia en todos y cada uno de sus productos. Por lo general, cada una destaca por una línea o se especializa en una familia de productos activos en concreto. Y no pasa nada porque, con el asesoramiento adecuado, nosotros disfrutamos de lo mejor de todas ellas.

Mito 16: “Realmente no se necesita una crema de noche

Independientemente de que la expresión “crema de noche” se halle un poco desfasada, sí es una excelente idea aprovechar el ciclo nocturno de reparación y regeneración de la piel para sacar el máximo partido a ciertos principios activos -como el retinol o los péptidos-, que en dichas condiciones trabajan al máximo de su eficacia.

Night Serum Dr Barbara Sturm
NIGHT SERUM & AMPOULES DR. BARBARA STURM

Mito 17: “Los poros se cierran con el frío y se abren con el calor

Como orificios del folículo piloso y de la glándula sebácea que son, los poros siempre están abiertos. Y lo sentimos, pero el tamaño de los poros viene determinado por nuestra genética y es invariable. Como mucho, aumentan ligeramente con la edad debido a la pérdida de flexibilidad cutánea. Eso es todo.

En cuanto a la temperatura, su oscilación afecta a la tensión de la piel que les rodea, no al tamaño del poro en sí. El calor no facilita la limpieza del poro. Este es unos de los mitos intergeneracionales más enraizados pero, por suerte, el uso de vapor como paso previo a una higiene facial se considera mala praxis y es cosa del pasado.

Dicho todo lo anterior…, lo que sí podemos conseguir es mejorar el aspecto del poro minimizando su apariencia. ¿Cómo?

  • Empezando con una higiene correcta, como siempre. Una limpieza con exfoliación delicada que favorezca el recambio epidérmico hará que el poro se vea más pequeño. También favorecerá la absorción de los principios activos que apliquemos a continuación.
  • De ellos, el Ácido Salicílico entre los Beta Hidroxiácidos (BHA) y el Ácido Glicólico entre los Alphas (AHA) son los que mejor resultado presentan favoreciendo un peeling biológico que regula -hasta cierto punto- la producción de queratina peri-poro. Mucho cuidado con experimentar con los ácidos sin base alguna, no obstante. Un profesional te asesorará sobre qué principio activo y en qué proporción es apto para tu piel con total seguridad.
  • Y si la protección solar es tema recurrente de por sí, cuando empezamos a hablar de ácidos, aún más. Porque a este problema no queremos sumarle eritema solar ni hiperpigmentación, ¿verdad que no?

Mito 18: “La mejor cosmética es coreana

Falso. Al menos para los occidentales. El exposoma de la piel asiática es muy diferente al occidental y, por ende, también lo van a ser sus preocupaciones.

Es verdad que la cosmética proviniente de Corea del Sur se ha acogido con entusiasmo en esta parte del mundo. Su éxito es debido a que resulta muy asequible y su packaging es tremendamente atractivo. Colorido y original, es un producto que invita a jugar, a probar. De la misma manera efectista están pensadas sus formulaciones, a menudo con un único principio activo y siempre en bases siliconadas que favoreces la sensación de ligereza y “extendibilidad” pero que aportan pocos beneficios reales. Por supuesto, existen casas cosméticas coreanas que se escapan de esta generalidad, pero no son las que llegan masivamente a occidente y sí las que formulan en laboratorios de Japón, donde las exigencias normativas y de calidad son equiparables a las europeas.

Mito 19: “Es mejor usar jabón antibacteriano para lavarse las manos

Como ya explicamos en el post “La mejor rutina para el cuidado de manos”, de nuevo el enfoque menos agresivo es el acertado.

Por una parte, la existencia de bacterias en nuestra piel es sana y perfectamente normal; el abuso del jabón antibacteriano podría desembocar en la proliferación de bacterias multirresistentes.

Por otra, el uso frecuente de un jabón antibacteriano es innecesario y perjudicial. Solo servirá para destruir el manto hidrolipídico que cubre la epidermis, nuestra barrera cutánea, y hacernos más propensos a irritaciones, dermatitis por contacto e infecciones.

La Covid19 viene provocada por un virus, no una bacteria. Una higiene adecuada se consigue con esmero en el lavado, no con agentes detergentes irritantes ni agua más caliente.

Soap de Ayuna

Mito 20: “Si los ingredientes de dos productos son los mismos, es que son iguales

Dos productos podrían parecer casi idénticos si nos guiamos por su INCI, pero lo que realmente importa a la hora de evaluar cada principio activo es:

  • a) su calidad,
  • b) la proporción empleada del mismo, que debe ser la máxima recomendada para cumplir su fin; y
  • c) su vehiculización, es decir, el uso de la tecnología que lo haga más eficiente, por ejemplo, su peso molecular. Un peso molecular más bajo permitirá su penetración en las capas profundas de la piel, mientras que uno alto hará que permanezca en la superficie de la misma aportando resultados meramente externos y con nula capacidad regenerativa.

La realidad es que dos productos que tengan como primer ingrediente el mismo principio activo, ácido hialurónico por ejemplo, lo más probable es que sean perfectamente diferentes.

Mito 21:  “En cosmética, el orden de los factores no altera el producto

Al igual que la cosmética molecular logra que un producto cosmético sea no solo capaz de combatir varios frentes al mismo tiempo sino que sus componentes se potencien entre sí, ganando en efectividad individual y conjunta; otros principios activos pierden eficacia al unirse. Las incompatibilidades más conocidas son:

  • Vitamina C (ácido L-ascórbico) + Niacinamida (nicotinamida, vitamina PP, vitamina B3). La razón no es otra que la vitamina C, por vía tópica, gana estabilidad asociada a un aceite. La Niacinamida tiene un pH demasiado ácido, incompatible con la vitamina C, y es hidrosoluble. Su combinación no produce daños, simplemente juntas pierden eficacia. El compañero ideal de la Vitamina C son otros antioxidantes, en especial la Vitamina E (alfa-tocoferol) y el Ácido Ferúlico; pero también el Resveratrol y el Pycnogeno.
  • Retinol + otros AHAs. Esta combinación sí podría producir daños porque resulta demasiado agresiva. El uso de ambos se podría realizar en días alternos, una vez creada la debida tolerancia, pero sería recomendable hacerlo de manera guiada por un profesional cualificado.
Productos con ingredientes activos
RETINOL MEDIK8

Mito 22: “Los cosméticos necesitan perfumes para oler bien

Las fragancias, naturales o sintéticas, son todas irritantes y no aportan ningún beneficio, solo riesgos. Algo muy distinto es que un cosmético tenga un aroma agradable gracias a alguno de sus componentes. En caso contrario, no debería oler a nada.

Mito 23: “Los productos químicos son malos

En la vida todo es química. Nosotros somos química. Cualquier producto cosmético, incluso los naturales y ecológicos, se producen y formulan en un laboratorio con todas las garantías de seguridad. El “libre de químicos” es un imposible, un absurdo y un engaño. La quimiofobia no tiene sentido.

Mito 24: “Los activos de reciente creación o descubrimiento son los mejores

No necesariamente. La ciencia avanza y toda nueva incorporación al mundo cosmético es bienvenida. Eso no quita para que sigamos confiando en principios activos de los “de toda la vida” que siguen jugando su papel y, en muchos casos, aún son insustituibles.

Productos con resultados

Mito 25: “Es bueno descansar un par de días y dejar la piel respirar

No hay inconveniente en disminuir parte del aporte cosmético temporalmente, pero no se puede prescindir de la higiene ni detener tratamientos en curso. En nuestro post Skin Fasting o Ayuno de la Piel ya detallamos cuáles son las precauciones básicas:

  • No saltarse la rutina de higiene. Mañana y noche. La piel sigue necesitando una limpieza suave con los productos idóneos.
  • No prescindir de una exfoliación semanal delicada. El recambio epidérmico sigue su curso.
  • No privar al contorno de ojos de su cuidado diario con productos específicos para nuestra zona más frágil.
  • No detener un tratamiento para el acné. Renunciar de golpe a los principios activos que usemos para su prevención y tratamiento provocará rebrotes y empeoramiento.
  • No suspender ningún tratamiento para cualquier otro tipo de afección cutánea.
  • No detener un tratamiento con Vitamina A. Como ya vimos, el protocolo de adaptación al retinol es prudente -lento y progresivo-, para adquirir tolerancia. Si se evita el aporte de retinol de golpe, lo andado habrá servido de poco y deberemos comenzar el protocolo desde cero a la hora de retomarlo.
  • NO PRESCINDIR DEL PROTECTOR SOLAR. Nunca. En nuestro post Cosmética Solar explicamos ampliamente por qué la fotoprotección es imprescindible los 365 días del año. Con mucha más razón si, además, no estamos proveyendo a nuestro cutis de unos mínimos de humedad y antioxidantes que le sirvan de escudo y sustento.
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Mito 26: “La cosmética casera es más segura

Algunos ingredientes que podemos encontrar en nuestra despensa o nevera, como el aceite de oliva o coco, sí pueden tener aplicaciones caseras innocuas, como el tratamiento de cutículas o la hidratación de los cabellos largos. El problema está en que otros, como el zumo de limón o el bicarbonato, no lo son tanto y se deben usar con precaución. De la misma manera, la mezcla de productos alimentarios para crear mascarillas, por ejemplo, puede dar lugar a infecciones por fermentación o mala conservación de los ingredientes.

Mito 27: “Los ingredientes naturales no provocan irritación

Los ingredientes naturales, que aportan innumerables beneficios a nuestra piel, deben ser formulados correctamente para asegurar una vehiculización segura. Por ejemplo, los aceites esenciales son una maravilla de la naturaleza, pero su uso “puro”, sin rebajar o formular adecuadamente, puede derivar en irritaciones muy serias y fotosensibilidad.

Mito 28: “Si un producto es hipoalergénico es seguro para la piel sensible

Para empezar, sufrimos una bochornosa laguna legislativa en la Unión Europea sobre la regulación de ciertos términos, como “hipoalergénico”. No hay control alguno. Cualquiera lo puede añadir a su etiqueta y, simplemente, se da por hecho que existe un menor riesgo de reacción alérgica, pero no se garantiza que el producto no contenga sustancias alergénicas. Una lotería, en definitiva.

Para cerciorarse de que un producto es seguro para nosotros, lo recomendable es leer con detenimiento la composición y descartar aquellos que contengan tóxicos, fragancias, parabenos, ftalatos, sulfatos, aceites minerales y oxibenzona, para empezar. Pero el mundo INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes de Cosmético) puede resultar complejo para los no iniciados. En Beldon Beauty abogamos siempre por el asesoramiento profesional para garantizar que tu piel va a recibir solo lo que es apto para ella.

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AYUNA, LESS IS BEAUTY

Mito 29: “En el mundo de la cosmética ecológica, sellos como Ecocert son totalmente fiables

Falso. Precisamente el vacío legal existente en la Unión Europea en cuanto al etiquetado con términos como “hipoalergénico” se extiende a la cosmética natural y ecológica, que se engloba en la regulación 1223/2009 referida a cosmética general.

Este vacío lo llenan empresas privadas que tienen como objetivo ofrecer ciertas garantías. El problema es que son aleatorias, no regladas y con una normativa no estandarizada. Y se compran. Es decir, independientemente de que los requerimientos se cumplan, estos sellos tienen un precio y los consigue quien los paga.

Un tema apasionante, pero tan extenso que merece un capítulo aparte, es el que se refiere a los mitos de la cosmética tradicional frente a la cosmética natural, ecológica y vegana. Hablamos de todos ellos aquí.

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