¿SABES LEER LAS ETIQUETAS DE LOS COSMÉTICOS?

Hay ingredientes que nunca deberían formar parte de tu rutina de belleza. ¿Sabes leer las etiquetas de los cosméticos? Algunas tiran de lupa y google search a la hora de comprar un esmalte de uñas, y otras piensan que si una loción corporal de bebé  ha llegado a las estanterías de determinado establecimiento es porque es 100% inofensivo para la piel y la salud.

No hay que llegar a un extremo, ni al otro. Acudir a firmas ‘fiables’ ahorra tiempo de lectura e investigación, y también debes saber que hay unos mínimos de seguridad “garantizados”, y máxime en Europa. En este continente, el Portal Europeo de Notificación se encarga de recoger la información de los productos a efectos de registro de responsables a nivel legal y por si hubiera un accidente con algún producto para que se pudiera saber como actuar en función de la composición.

Europa tiene una regulación muy estricta y activa de evaluación de sustancias de uso cosmético, así como una larga lista de sustancias prohibidas y limitadas (más de 2.000). Por otra parte, también se obliga a las empresas a realizar una evaluación de seguridad por parte de un experto. En Estados Unidos la legislación no es tan estricta. FDA es la entidad que regula la cosmética, pero la realidad es que tan sólo hay unas 13 sustancias prohibidas y dejan a la empresa la responsabilidad de decidir sobre la “seguridad”.

Entrecomillamos la palabra porque hay activos y conservantes permitidos que, dependiendo de su concentración o combinaciones pueden ser potencialmente tóxicos, y porque la FDA en concreto, da luz verde a cualquier producto que no haya demostrado ningún problema y permiten concentraciones más elevadas de activos.

Esto no ocurre en la Unión Europea. Si bien la cosmética ‘clean’ requiere ir más allá y elimina de sus fórmulas los ingredientes con una base de sospecha fundada, incluso si los niveles son más bajos de los permitidos legalmente con el objetivo de eliminar riesgos, ya que la limitación legal lleva años e incluso décadas.

Por suerte, desde el año 1996 (y en España con el Real Decreto de 1997), la ley exige que la lista completa de ingredientes –sin abreviaturas-, aparezca en la etiqueta de cualquier producto cosmético, y solo permite utilizar colorantes y conservantes y filtros solares que figuren en la lista de permitidos.

LEER LAS ETIQUETAS DE LOS COSMÉTICOS ¡NOS ENCARGAMOS!

Entendemos que te puedas volver loca. Pero desde Beldon te queremos facilitar las cosas y te decimos cual es la ‘lista negra’ de los ingredientes que habría que evitar.

INGREDIENTES COSMÉTICOS A EVITAR

No nos vamos a dejar llevar por falsas alarmas no por acusaciones sin estudios constatados. Pero por si acaso, atenta a estos ingredientes:

• Formaldehídos. La OMS ya los ha declarado “oficialmente cancerígenos” y está prohibido su uso en cosmética, pero cuidado, porque hay sustancias como el Quaternium 15 (una sal de amonio), que los pueden liberar y que aún hay quien lo utiliza como conservante.
• Aceites minerales. Suena muy natural, pero a la industria cosmética el aceite mineral le sale baratísimo como base de formulación, y se saca del petróleo. Por su origen petroquímico se obtiene de fuentes no renovables, no son biodegradables y no tiene afinidad con los componentes de la piel y aporta oclusividad.
• Lauril Sulfato de Sodio. Se utiliza como agente limpiador y es un tensioactivo que consigue hacer los productos de baño más espumosos. Puede aparecer en las etiquetas bajo el nombre de (Sodium Lauryl Sulphate). Técnicamente, el lauril sulfato sódico no es un PEG, pero hay un ingrediente de la familia, el Sodium Laureth Sulphate que tiene una parte oxietilenada en su estructura. En general los tensioactivos alteran la barrera por eso puede haber más penetración de ingredientes de la fórmula, pero no hay estudios que demuestren este nivel de penetración. En este caso por su naturaleza es difícil que penetre ya que es muy soluble en agua y la piel ofrece una barrera. Pero lo que si está claro es que al alterar la barrera por su agresividad, genera irritación. Ene l caso del Sodium Laureth Sulphate se unen además los problemas asociados a la oxietilenación, con posibles trazas o impurezas de 1,4-dioxano.
• Parabenes. Hasta el año 2004 eran los conservantes más utilizados. Y desde el 2014 la Unión Europea ha prohibido las formas de parabenes con cadenas más largas, como el butylparaben y el isobutylparaben. Ahora se está iniciando una nueva evaluación por su posible acción disruptora endocrina).
• Triclosán. Es un activo que aún se utiliza a la hora de formular algunos desodorantes antitranspirantes, limpiadores y desinfectantes de manos. Se sospecha que podría ser un disruptor hormonal.
• Compuestos de Polietilenglicol (PEG). Se sabe es que al usar oxido de etileno en su producción, producen una impureza: el 1,4-dioxano, que es un conocido cancerígeno. Se pueden reconocer en la lista como PEG*- Polysorbate- (20, 30, 80,…), Sodium Laureth Sulphate e ingredientes que acaban en -eth, como CETEARETH-X, Laureth-X, Steareth-X).
• Butilhidroxianisol (BHA) y Butilhidroxitolueno (BHT).Son antioxidantes aunque se pueden encontrar en todo tipo de productos. La principal problemática es que son sospechosos con bastantes datos de referencia fiables, de ser carcinogénicos.
• Pfenilendiamina. Solo se utiliza en algunos tintes para el cabello. y aparecen en la etiqueta del producto como colores «CI» seguidos de un número de cinco dígitos. Pero no todos los colorantes, que se indican con el color index CI, tienen fenilendiamina. En líneas generales los colorantes sintéticos, tienen unas estructuras muy problemáticas a nivel toxicológico como derivados de anilinas, y relacionadas con carcinogenicidad o disrupción endocrina.
• Dietanolamina (DEA, MEA o TEA). Se trata de químicos utilizados para conseguir espuma. DEA, MEA o TEA son reguladores de pH, pero en realidad como compuesto libre sólo se usa la TEA, que se reconoce como TRIETHANOLAMINE y se usa como regulador de pH. El resto son más bien parte de ingredientes como al Cocomide DEA o MEA). Lo que preocupa de ellos es que tienen la capacidad de formar nitrosaminas en determinadas circunstancias.
• Ftalatos (Phtalatos). Lo que preocupa de ellos es su capacidad de disrupción endocrina. Forman parte de los ingredientes de algunos productos de uñas y algunos perfumes. Es importante que los perfumes no los contengan bajo el INCI FRAGRANCE (PARFUM), así como los synthetic Mask.
• Siloxanos. Se esconden en ingredientes que terminan en «siloxano». Son compuestos de tipo silicona, y sus principales problemas están asociados a la ecotoxicidad, al no ser biodegradables y ser persistentes en el medio, a parte de no proceder de fuentes renovables. Se les puede reconocer por términos como: Silicone quaternium,Cyclomethicon, Dimethicone, Siloxane. En el caso de los cyclopentasiloxane y cyclohexasiloxane, hay una preocupación por la toxicidad de una impureza cancerígena, el tetrasiloxano.
• Methyl-Benzylidencamphor (4-MBC o MBC), Octyl-Methoxycinnamate (OMC), Benzophenone-3 (Oxybenzon), Homosalate (Homomenthylsalicylat o. HMS) y Octyl-Dimethyl-Para-Amino-Benzoic-Acid (OD-PABA). Figuran en filtros solares químicos y se sospecha que podrían actuar como posibles disruptores endocrinos. Hoy en día se sabe que afectan a los ecosistemas marinos como los corales, por lo que se han prohibido en determinadas áreas geográficas.

¿SABES SI LA ETIQUETA ES DE FIAR?

Los nombres de las plantas deben figurar en latín. Los ingredientes tienen que estar enumerados según su cantidad en orden decreciente hasta un 1% de concentración. Podrás llevarte muchas sorpresas, porque en ocasiones, el que se anuncia en el frasco, está en los últimos puestos. Si hay colorantes, deben ir siempre precedidos por un número CI.

MARCAS EN LAS QUE PUEDES CONFIAR

Más allá de sus sellos, en Beldon, antes de introducir una firma, nos encargamos de leer cada etiqueta, y consultar con expertos si es necesario, la inocuidad de cada producto y sus posibles reacciones. Además, ya sabes que nuestro diagnóstico personalizado es uno de los más demandados de Madrid.